La Sala Caracol siempre nos trae cosas interesantes y apetecibles como fue el sábado pasado que pudimos disfrutar del concierto de Amatria.
Sin duda, el proyecto personal del productor musical ciudadrealeño Joni Antequera le ha convertido en uno de los artistas revelación de la electrónica indie más actual desde que el año pasado fichara por el sello Subterfuge, con el que publicó su disco homónimo.
A las 22’00h., mientras aparecía la alta y delgada figura de Joni en el escenario empezaba a sonar «La Canción de Abu«, por supuesto, derrochando litros de estilo. En el momento que Amatria y el resto de compañeros pisaron el escenario fueron recibidos con aplausos del público allí congregado (que mejor manera de empezar). Aunque le conozcamos como solista, se presenta en formato de banda, junto con otros dos músicos dejando claro que desde el primer momento se encontraban en casa. La formación genera una complicidad con el público dando vida a sus canciones y creando momentos mágicos.
Si me permitís una recomendación: Amatria te convence en su directo, no solo con sus geniales movimientos corporales y por saber controlar su voz con total naturalidad, sino porque tiene un repertorio muy estudiado y de muy alto nivel. Su directo es total, es pura fiesta y no se queda sólo en complicidad entre los músicos, sino que van más allá, transmite buenas vibraciones que llega a todo el público. Además, nos gusta que a veces más que cantar, esté recitando con esa voz. No podemos evitarlo, es nuestra debilidad.
Durante la noche del sábado, el público de la Sala Caracol iba in crescendo, tanto en número como en su devoción, daba gusto ver la sala llena de gente bailando y cantando sus temas. Al igual que nosotros, Amatria y compañía tampoco podían contener las ganas de moverse. Eso es, precisamente, uno de los puntos fuertes de la propuesta de Joni, la capacidad de hacer mover a las masas. Sonando «Me falta algo«, uno de los temas más bailables y con su estribillo pegadizo arrancaba la actuación del sábado.
La sorpresa de la noche fueron los dos músicos que le acompañaban, estaban frescos, motivados y creyendo en lo que hacían al igual que él mismo. Ellos tres llenaban el escenario de la sala, no hacia falta más. Sus ritmos, mezclándose con bases electrónicas, la batería, la guitarra española y los coros, enganchaban desde el minuto uno al público. El hilo conductor durante toda la noche fueron las andaduras del propio Joni cuando se mudó a la capital hace dos años. Así que entre canción y canción nos hacía una breve introducción explicándonos las historia tras ellas. Tras contarnos la anécdota del perro del vecino de su hermano, al cual drogaron por los ladridos constantes, nacieron las canciones «El Perro del Vecino» y «La Buhardilla«, que por supuesto interpretó esa noche.
Amatria nos contaba que cuando terminó su último trabajo quiso hacer un hit y compuso «El Golpe» y, de repente, el escenario se hizo pequeño y saltó a la pista a bailar con su público para celebrar este «hitazo». Continúo narrando sus experiencias en Madrid, como que en la buhardilla de su hermano estaba llena de….. «Chinches«, alcanzando el punto álgido de la noche. La emoción y las ganas de público por cantar y bailar la canción «Chinches» eran incalculables. Luego interpretó «Además«, otro momento que nos regaló. Después vino su conseguida versión de «La Copa de Europa» de Los Planetas.
El cierre llegaba con «Atarax«. Al final se hizo muy corta la actuación, lo que supuso que nadie quisiese marcharse a casa, es más, ni siquiera ellos querían bajar del escenario de la Sala Caracol, así que dio tiempo para una canción de aproximadamente cinco minutos de guitarra y batería mezclados con el sintetizador.
Como conclusión, Amatria nos ha contagiado de sus buenas energías con su mezcla electrónica y pop-rock porque aún seguimos coreando sus pegadizas letras. A juzgar por el número e intensidad de brazos disparándose al cielo del sábado en la Sala Caracol, no descartemos en absoluto que Joni Antequera tiene una larga y exitosa carrera por delante.
Conexión Indie 